Existe una creciente preocupación alrededor del cuidado de una piel madura que va desde cómo combatir los signos de envejecimiento hasta cómo hacer más efectivas las rutinas de cuidado de la piel.
A medida que la piel envejece se hace más difícil de cuidar, por eso te queremos dar una serie de consejos clave para que tu piel se mantenga siempre radiante.
Tipo de piel
Antes de comenzar cualquier rutina de cuidado de la piel sería interesante que identifiques tu tipo de piel. Cada tipo de piel tiene unas particularidades específicas que deberías conocer para poder sacar el máximo partido a tus rutinas. Aquí te dejamos los tipos de piel más comunes y las características que las hacen diferentes:
- Piel sensible: esta piel es muy propensa a la irritación, enrojecimiento y picazón. Además de reaccionar de forma más brusca a los productos cosméticos o la exposición del sol.
Para pieles sensibles procura utilizar productos hipoalergénicos y sin fragancias (como nuestras toallitas), además de aplicar protector solar a diario si el sol te suele generar quemaduras de forma constante.
- Piel grasa: destaca por ser propensa a la formación de espinillas, puntos negros y acné. Esto se debe a que la piel grasa se caracteriza por producir sebo de forma excesiva, obstruyendo y haciendo visible los poros de la piel.
Lo ideal si tienes este tipo de piel es que utilices productos cosméticos no comedogénicos y que contengan ingredientes como ácido salicílico o niacinamida.
- Piel mixta: este tipo de piel se caracteriza por tener zonas del rostro secas y zonas del rostro grasas. Generalmente las partes de la piel grasas suelen corresponder a la “zona T”, es decir, el área de la barbilla, nariz y frente.
Para una piel mixta sería adecuado que utilizaras limpiadores suaves, cremas hidratantes y productos cosméticos no comedogénicos.
Consejos clave para cuidar una piel madura
Los consejos que te vamos a dar a continuación abordan las necesidades más comunes de una piel madura:
Hidratación intensa
La piel madura suele deshidratarse y volverse más seca con mucha más facilidad. Utilizar cremas hidratantes con ceramidas, ácido hialurónico y glicerina es esencial para mantener la piel hidratada. Lo ideal sería aplicar esta crema después de la limpieza facial.
Protección solar diaria
La barrera cutánea de la piel tiende a ser más débil, además, los rayos del sol generan un envejecimiento prematuro. Todo ello hace esencial el uso de protector solar de forma diaria, incluso aquellos días nublados.
Doble limpieza facial
Para mantener la piel lo más limpia posible y libre de residuos es muy interesante utilizar la técnica de la doble limpieza facial. Esta técnica consiste en utilizar primero un limpiador con base de aceite y, justo después, un limpiador con base de agua.
Antioxidantes
Los antioxidantes son imprescindibles para combatir el daño oxidativo que acaba deteriorando y produciendo un envejecimiento prematuro en la piel. Algunos componentes antioxidantes son: vitamina C, vitamina E, niacinamida, zinc, coenzima Q10, retinol o zinc. Intenta utilizar cosméticos que contengan estos componentes.
Exfoliación moderada
La exfoliación es un proceso clave para regenerar las células de nuestra piel. No obstante, la exfoliación es un proceso que puede generar picazón, enrojecimiento, sequedad o decoloración, entre otras cosas. Debido a estos posibles efectos secundarios, lo ideal sería no realizarla más de 1 o 2 veces por semana,
Conclusiones
La piel madura requiere de un cuidado más intenso, por eso es esencial que identifiques el tipo de piel que tienes y que aportes a la misma un correcto cuidado, utilizando cosméticos que la hidraten, estimulen su regeneración celular y prevengan el daño oxidativo.