Cada persona tiene un tipo de piel distinta, por ello es importante identificar cuál es la tuya para poder seguir un tratamiento acorde a tus necesidades.
¿Cómo se puede identificar una piel seca y una piel grasa?
La piel seca se origina por una falta de producción de sebo, una sustancia oleosa que hidrata y protege. Se puede identificar por poseer las siguientes características:
- Abundante descamación: desprendimiento de la piel muerta presente en la epidermis.
- Picor frecuente: debido al deterioro de la barrera cutánea.
- Sensación de tirantez: sensación incómoda que se origina cuando la piel se siente estirada, rígida o tensa.
- Opacidad: la piel pierde luminosidad y se percibe más oscura, esto es debido a la falta de humedad, la acumulación de células muertas derivadas de la descamación y la carencia del aceite natural producido por el sebo.
- Poros más pequeños: la insuficiencia de hidratación provoca que los poros disminuyan su tamaño.
- Aspereza: la ausencia de una hidratación suficiente sumado a la descamación desencadena una piel áspera.
- Irritación: el estado general de la piel seca acaba comprometiendo la barrera cutánea y provoca una disminución en la función protectora.
La piel grasa, al contrario que la seca, se caracteriza por producir sebo en exceso, es decir, por seborrea. Se puede reconocer por tener estas propiedades:
- Aparición frecuente de puntos negros: generados por la acumulación de sebo en los poros.
- Sensibilidad reducida: la mayor producción de sebo incrementa la lubricación natural y reduce la fricción y abrasión de la piel.
- Brillantez: el exceso de síntesis de aceite natural del sebo da a la piel un aspecto brillante.
- Poros más grandes: hay más acumulación de sebo y células muertas en la piel.
- Tendencia al acné y espinillas: los poros son obstruidos por el exceso de sebo y eso causa una proliferación de bacterias.
- Poca tendencia a las arrugas: el sebo actúa como un lubricante que acaba dificultando la formación de arrugas.
- Textura irregular: a causa de la acumulación de células muertas y sebo en la epidermis.
¿Qué rutina de belleza es la más adecuada para una piel seca y una piel grasa?
Estos son los pasos de la rutina de belleza y cosméticos que deberías utilizar si tienes la piel seca:
- Limpieza de rostro: emplea un limpiador facial suave para evitar irritaciones de piel, ya que las pieles secas se caracterizan por ser más sensibles. Utilízalo al principio de la rutina de belleza, justo después del desmaquillante.
- Exfoliación suave: para eliminar las células muertas de la piel y potenciar la absorción de los cosméticos hidratantes que posteriormente vayas a implementar.
- Humedecer la cara: aplica cremas humectantes para mejorar la hidratación de la piel. Este producto se aplica para finalizar tu rutina de belleza.
Estos son los pasos de la rutina de belleza y cosméticos que deberías utilizar si tienes la piel grasa:
- Limpieza de rostro con productos sin aceite en su composición, ya que las pieles grasas destacan por tener un exceso de aceite natural.
- Empleo de tónicos: estos cosméticos equilibran el pH de la piel, eliminan residuos y controlan la producción de sebo. Aplícalos después de la limpieza facial.
- Sérum: estos sueros contienen ingredientes que controlan la producción de sebo, mejoran algunos problemas de piel como el acné, reducen la brillantez y ayudan a restaurar la apariencia de la piel. Utilízalos después del tónico.
Recuerda, cada piel tiene unas necesidades concretas y es importante identificar nuestras carencias para aplicar los productos que más nos convengan. Además, es recomendable visitar a un dermatólogo para que pueda valorar nuestra piel y hacer un correcto diagnóstico.